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La croqueta, esa tapa fantástica y típicamente española que tantas sorpresas nos depara… Será buena la croqueta? Si la croqueta es buena, es que lo demás que hacen aquí también lo es… Carta de presentación de muchos sitios, pasaporte al éxtasis en otros o acta de defunción para la mayoría. Eso es, en definitiva, una croqueta.

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Por norma general las croquetas en España han sido toda la vida o de jamón o de cocido. En eso estamos de acuerdo. Pero últimamente, con esto de la «cocina creativa» nos podemos encontrar desde croquetas con morcilla y chocolate hasta manzana y folie. Una guarrada!
El grosero high class es de croqueta de jamón y si no de bacalao, que llena más. Pero ojo! Que en el Bula, que está en la calle General Sueiro (ahora se llama no se qué Lacarra), os podéis comer una croqueta de gulas y gambas que realmente está a la altura de las mejores que hayáis probado.

Sorprende la forma y tamaño, ya que no es abombada como la croqueta tradicional sino que tiene forma de seta, y el tamaño como digo sorprende porque es generoso, lo cual es de agradecer (si como en este caso está buena). El rebozado es perfecto, sin más. Lleva unas micro partículas de algo parecido a la sémola que no se lo que es pero le dan un toque interesante, pero la fiesta está en el interior.

Una bechamel cuidada, suave, cremosa, aterciopelada, combinada con gulas y trozos de gamba hace que cerremos los ojos y pensemos, ya era hora de que me topara con algo así!

No dejéis de pedirla si vais por allí, os aseguro que muy probablemente tomaréis una segunda… 😉

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